Hay momentos que no pueden contarse, sino sentirse. Momentos que son resumen de tantas cosas que no caben en palabras pero se comparten con un abrazo. Momentos muy especiales que al recordarlos, bañamos los ojos de emoción. Momentos que no se buscan, sino que llegan. Momentos de colores, de caricias, de paz, de amistad, y de mucho amor...
Gracias, mis niños, por hacerme sentir la capitana del mejor equipo, por regalarme vuestro cariño, por enseñarme tantas cosas, y por motivarme a crecer. Gracias, papás, por vuestra confianza y vuestra colaboración en esta maravillosa labor que, con respeto y pasión, abordo lo mejor que sé con vuestros hijos.
La noche del pasado viernes 17 de junio bien pudo ser el sueño de aquella niña que jugaba a ser algo más que maestra...
Gracias por hacérmelo fácil, por vuestro cariño, y por esos regalos tan llenos de significados especiales. Ahora, mis veintisiete nombres de luz, conmigo, para siempre... Nunca un medallón fue tan brillante ni una pulsera dijo tantas cosas...
Os dejo con la grabación de la magnífica actuación de nuestros niños, y con el maravilloso vídeo que Carmen, mamá de Pedro, ha hecho para todos nosotros, con una sensibilidad y una delicadeza que pueden captarse en cada instante.
Os animo a que me enviéis por email vuestras fotos preferidas de la fiesta para que pueda compartirlas con todos en el blog.
Mientras tanto, nos queda vivir apasionadamente estos tres últimos días de cole... ¡A por ellos!