Fiesta de fin de curso

El viernes 12 de junio tuvimos nuestra fiesta de fin de curso en el cole. ¡Y por fin todo el trabajo en equipo que habíamos estado desarrollando durante semanas pudimos exhibirlo en forma de baile encima de un escenario! ¡Sois unos auténticos artistas! ¡Qué equipazo, qué entusiasmo, qué musicalidad, qué energía, qué sincronización y qué espectáculo! Y además de bailar... ¡cantásteis! Y no en español... ¡sino en inglés! 

La canción que hicimos fue "Use your arms", de Julia Donaldson (Sitio web: http://www.juliadonaldson.co.uk/. Wikipedia: http://en.wikipedia.org/wiki/Julia_Donaldson), autora británica para niños de gran popularidad y prestigio en su país. Por los contenidos que trabajamos con esta canción, la preparación del  baile de fin de curso quedó totalmente integrada en la programación del curso, por lo que el "aprender disfrutando" se reforzó aún más, siendo el producto final de nuestro trabajo, un baile sobre el escenario para familiares y amigos... ¡Y resultó fantástico!

Los nervios no faltaron antes de subir al escenario, pero... ¡todo estaba controlado! Lo sabíamos, y por eso, cuando subimos la escalera, solo tuvimos que preocuparnos de cantar, bailar y disfrutar para que los demás disfrutaran con nosotros. ¡Y lo conseguimos!

Y aunque no puede haber grabación en vídeo que nos haga sentir las emociones del directo, os dejo un vídeo del baile como recuerdo de aquella noche especial, para que volváis a disfrutar los que estuvisteis, y podáis divertiros los que faltasteis...

Y si el baile fue un momento mágico, no menos especiales fueron nuestros abrazos. Vuestros regalos me vistieron de los más bonitos colores, y juntos, nos endulzamos de los instantes inesperados y felices de la vida.  

Las gracias las tengo que dar yo, porque ni cuando estoy sola me siento sin vosotros, ni sin estar con vosotros me siento sola... Las paredes me cuentan, los cuadernos me enseñan, los libros me hablan, los dibujos me abrazan, los colores me cantan, los olores me recuerdan... Las sillas, agotadas de tanta vida, descansan sobre las mesas, y la luz no quiere atravesar la ventana por no romper un íntimo momento... Las palabras no son suficientes para decir lo que al decirse se acaba porque no hay idioma que multiplique la longitud de sus versos por las cifras del corazón. Cada sonrisa de cariño, mirada de admiración, abrazo sincero, regalo de entusiasmo y brillo de ilusión, es una letra de amor que escribe su historia en mi espíritu con una tierna caricia de motivación. Vosotros, ya me deleitais con creativas formas a las que les sobra "decir gracias", y por cada una de ellas, una mágica y deliciosa flor crece en mi pecho... Así, luzco a cada instante un precioso ramillete de veintisiete flores que me adornan y avivan cada día, mientras el recuerdo de las firmas de su corazón latirá conmigo para siempre... Os quiero.